jueves, 6 de enero de 2011

En 100 palabras

Primero el día, luego la noche. Después, atardeceres eternos bañados de distintos colores, a cada cual más completo que el hermano, que anuncian la llegada de la Estación querida por todos, la del amor y las flores. Paredes encaladas que pierden el blanco cubiertas de carteles de cultos. Parihuelas de ensayos que se mueven en las frías noches a los sones de música enlatada. Ceniza. Notas que flotan en el cielo de la ciudad uniéndose unas con otras, haciendo una atmósfera respirable de sentimientos en un pentagrama. Papeletas de sitio. Domingo de pregón, y después, los días del gozo.


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