Para ti
Casi siempre sabes lo que la vida se lleva de ti, pero nunca sabes lo que te da con el paso de los años. A mí me ha quitado muchas cosas, pero me ha dado algo muy importante: a ti. Es verdad, que hace relativamente poco tiempo que nos conocemos pero una charla contigo merece mucho la pena, porque tienes eso que solamente tienen las buenas y grandes personas, y aunque la vida, dichosa vida esta nos separe, siempre sabré que te tengo ahí.
Tú, mujer andaluza de los pies a la cabeza, destacas con tu pelo moreno, con tu piel clara y tus ojos negros profundos, mujer flamenca y mujer guapa. La elegancia que luces por bandera no hace más que resaltar tus rasgos cordobeses, rasgos nacidos a la orilla del río de la provincia romana de la bética, y que tú, muchacha coqueta, resaltas con tu dulce presencia. Pero no te dio solo esos rasgos físicos, sino que también le inyectó a tu sangre ese beticismo, que sólo corre por las venas de unos pocos elegidos.
Un comentario tuyo es una risa asegurada. Endulzas tu propia vida y la haces mas divertida para aquellos que te rodean. Aún recuerdo esos paseos taciturnos por la Alameda de Hércules con la luz de la primavera decayendo poco a poco, cuando cometíamos la locura de irnos andando desde la facultad a nuestras casas, donde me comentabas tus líos amorosos y tus locuras de fin de semana, esas locuras que todos más de algunas vez cometemos y que cometeremos en el futuro con toda probabilidad.
Pero como digo al principio, la vida te da y te quita, y aunque de momento no te ha quitado, sé que lo estas pasando mal y que lo seguirás estando, porque te conozco y sé que en el fondo de esa niña fuerte y segura que llega cada mañana a la Fcom se encuentra una niña dulce, que quiere mucho a su familia y que cuando le pasa algo a sus allegados prácticamente se consume. Ahora, alguien a quién adoras y quieres más que a tí misma, está jugando el partido de su vida y aunque no se sabe aún como terminará, con la fuerza que tú le das, con tu amor y tu cariño, seguro que sale victoriosa y la tendrás a tu lado muchos años más.
En primero nos conocimos y en segundo cogimos confianza, esa confianza que permite hablar de cualquier tema y aunque tu pereza estudiantil haya hecho que estemos separados, siempre te tengo presente. Cuando miro a la izquierda siempre me sale una sonrisa, porque era donde te ponías cuando nos sentábamos juntos y se me viene a la mente muchas cosas. Si no existieras, habría que inventarte. Pequeña de estatura, enorme como compañera y gigante como persona. Aquí estaré siempre para lo que quieras.