viernes, 16 de noviembre de 2012

En 100 palabras (IV)

Sol de mediodía. Plaza sin palma. Niños que corretean, jóvenes que charlan, risas que suenan. Luz que te ilumina, luz que te traspasa. Miradas que se pierden contigo, cabezas que se agachan, manos que se besan. Mujer que desciende a lo humano para convertirse en excelsa majestad celestial. Desprecio que no existe, iglesia que te admira y te clama como Madre. Un hombre que pasea por Feria va a tu encuentro, lo desea desde hace un año. Ha contando los días para rendirse ante ti, y cuando está delante suya no puede hacer otra cosa que compartir contigo tu Amargura. 


Foto extraída del Twitter de la Hermandad de la Amargura: @Hdad_Amargura


sábado, 13 de octubre de 2012

Nómada

Relato encontrado en un viejo cuaderno raído por el tiempo y el polvo....

Vagando solo y borracho por callejones oscuros de ciudades silenciosas, esquivando adoquines mal puestos, dotando a mi cuerpo de vaivenes poco recomendados, busco mi próxima parada. Soy un nómada de mi tiempo que no tiene ni casa ni hogar, que sólo habita en los corazones de unas pocas personas y cuyo recuerdo más cercano no abarca más de unas cuantas horas. Mi compañera de viaje es una simple botella de liquido rojo sangre que robé a otro solitario como yo, mientras dudaba si seguir el camino emprendido o no, si continuar con mi simple compañía. No busco nada, sólo sentirme bien conmigo y salir a flote en un mundo de lobos donde en el menor descuido te arrancan la mano que les da de comer, sin pensar que en esa mano desgarrada se van muchas ilusiones puestas con años y años de sacrificios.

Soy un nómada que huye del conformismo, de lo bien planteado y mejor resuelto. Los ecos de la sociedad bien planteada me superan. Yo no quiero eso. Quiero vivir a mi ritmo, sin ataduras, con libertad de planteamiento y de decisión. El único sitio en el que puedo conseguir eso es la calle. El único sitio en el que puedo ser libre es la calle. Una barba de meses, unos pelos de años me ayudan a guardar el anonimato. Unos harapos viejos, unas botas rotas hace que la gente huya de mi. Anonimato y huida, mi sueño de siempre, por fin alcanzado, no como soñé, pero alcanzado. 

Soy un nómada que va de aquí para allá, sin pensar en el ayer ni en el mañana.

lunes, 17 de septiembre de 2012

Soy periodista

Soy periodista. En julio acabé la carrera por fin. Soy periodista. Cumplí un sueño que tenía desde hace muchos años, di rienda suelta a una vocación que me surgió escuchando la buena radio. Soy periodista. Cinco años de una carrera a fondo, con estudios, trabajos, buenos y malos ratos, grandes compañeros y una facultad que te acoge con los brazos abiertos. Soy periodista. Me he formado con los mejores y peores profesores, pero de todos he sacado algo claro, y todos me han enseñado algo. Soy periodista...

Soy periodista y tengo un futuro muy negro por delante. La profesión está pasando por una de su peores momentos y lo peor de todo es que parece que no tiene final. Raro es el día en el que no aparece alguna noticia que anuncia el cierre de algún medio o un ERE en su plantilla. Qué curioso, los periodistas somos capaces de informar de nuestro propio despido. Soy periodista y lo único que sé a ciencia cierta es que soy licenciado. No hay futuro, o no muy claro.

Soy periodista, y si consigo algún día un trabajo en mi sector, estaré sujeto por unas manos superiores, invisibles, que me dictarán mi trabajo y lo que debo o no contar. Pudiera ser que fuera negativo para alguien en la sombra. Soy periodista y estaré controlado por un empresario que sólo buscará enriquecerse a costa de mi trabajo, y el día en que le haga perder un mísero euro, con una patada en el trasero me dirá que me busque otro rincón mejor donde trabajar. Soy periodista y compartiré redacción con compañeros que se matarán por sacar adelante un programa, un periódico, un informativo de radio, pero también con compañeros que no lucharán por el no despido de alguien que ha compartido mesa con él, por el simple hecho de buscar la mejor posición en la empresa y que luego no le toque a él.

Actualmente, la mejor forma de poder disfrutar con lo que te gusta es la iniciativa propia. No tienes ataduras, puedes hablar de lo que quieras, y seguramente no te acabarás despidiendo, pues tampoco ganas nada a cambio de ver tus sueños hechos realidad. Pero claro, uno piensa y dice: yo puedo crear un blog, una web, lo que sea, pero a fin de cuenta hay que trabajar. Con un blog, a día de hoy, no se vive aún. Pero tengo clara una máxima: disfrutar de lo que hago y de lo que soy.

Los medios responden a unos intereses superiores invisibles, pero que como dueños de sus marionetas, influyen sobremanera en sus contenidos. Y os voy a poner un ejemplo de algo que está ocurriendo ahora mismo, cada día y que llama mucho la atención. ¿De verdad creéis que Ryanair no tenía problemas hace uno o dos años? Todas las aerolíneas tienen problemas, todas. Pero lo que yo pienso que ocurre aquí es otra cosa, una cosa que supera a los problemas de esta compañía. Se llama competencia y favorecer a la compañía que pone dinero en todo mi entramado financiero. Piensen un poco mal, y acertarán.

Yo respeto mucho a los compañeros que crean en el ideal bucólico del periodismo, los respeto mucho. Esa idea de cambiar el mundo, de ser la voz del pueblo, de cumplir una función social. Los respeto. Sin embargo, a mí, la realidad me ha cambiado por completo este concepto, y el periodismo, a día de hoy, no es otra cosa que dinero. Si te sales de eso, te autodenominan alternativo y te conviertes en el bicho raro de turno. Pero el periodismo es tan grande, ha pasado por tanto a lo largo de su historia, que seguramente sabrá reinventarse. Cuando parece que está más muerto, es cuando vuelve a resurgir. Por eso quiero tanto y amo tanto esta profesión, y por eso, soy periodista.

martes, 14 de agosto de 2012

Mejor de lo esperado, peor de lo deseado

La llama olímpica se apagó y los Juegos de Londres 2012 son ya parte de la historia. Con un macroconcierto se cerraba la gran fiesta del deporte mundial. Habrá que esperar hasta el 5 de agosto de 2016 para que Río se convierta en el centro mundial del deporte. España, con 282 deportistas, ha logrado 17 medallas (tres oros, diez platas y cuatro bronces) y 30 diplomas olímpicos. Una medalla menos y algunos diplomas respecto a Pekín 2008. El balance debe ser positivo por como empezó la competición y como ha acabado, pero la nota no debe ser más de un 6. Se han obtenido más resultados de lo esperado en algunas competiciones, aunque es verdad que quizás, y debido a los éxitos de este último ciclo olímpico, se deseaba hacer un gran papel. Toca hacer balance y repasar los aciertos y fracasos.

¿Empezamos por los fracasos? El más espectacular de todos ha sido el del atletismo español. 52 deportistas, 4 finalistas. ¿Lo mejor? El cuarto puesto de Ruth Beitia en salto de altura. La mayoría de ellos han sido eliminado en primera ronda. Primera vez desde Seul 88 que no hay atletas de 1500 en semifinales o finales. La mayoría de ellos acudían con marcas con las que estarían muy lejos de final, como así ha sido. Y como ocurrió en Pekín, ninguna medalla. Si entonces hubo inmovilismo en la Federación, para que ocurrirá lo mismo esta vez. Odriozola seguirá en su poltrona sentado viendo el deporte del tartán en España se sigue hundiendo poco a poco.

El fútbol. El deporte rey de la sociedad, que no de los Juegos, iba a Londres con la medalla de oro colgada desde hace mucho tiempo. Se la dieron los éxitos de la absoluta y los medios españoles. Y como ocurre en estos casos, para casa prontito. Sin marcar un gol y con sólo un punto. El torneo de fútbol olímpico es diferente a cualquier otro, y siempre ocurre lo que parece más difícil. Sólo hay que ver los semifinalistas (Brasil, Corea, Japón y México) y lo que ocurrió en la final. Hay que ir con humildad, y entrega, no con el partido ganado de antemano. A este fracaso de deportes de equipo se puede unir el hockey, medalla de plata en 2008 y que en Londres ni siquiera ha pasado a semifinales quedando en un sexto puesto. 

Iker y Xabi, en el 49er y las parejas del 470 en vela; el judo español, que salvo Sugoi Uriarte no tuvo representantes más allá de la primera ronda y sigue desde Sydney 2000 sin sumar medalla alguna; el ciclismo, tanto en ruta como en pista; y la gimnasia artística se pueden citar como otros fracasos españoles en estos Juegos Olímpicos.

¿Éxitos? El fundamental, el del deporte femenino y el deporte acuático. Once de las diecisiete medallas logradas han sido logradas por mujeres: dos oros, cinco platas y cuatro bronces. A destacar, las platas del waterpolo femenino y el equipo de sincronizadas y el bronce del balonmano femenino y los oros en vela de Marina Alabau y el trío del Match Race. Una fuerte subida del deporte femenino, mucho más descuidado que el masculino, que ha contribuido a subir a España posiciones en el medallero. Quizás habría que cuidarlo más, porque las mujeres nos sacan de problemas cada cuatro años. Pero bueno, el fútbol lo engloba todo y luego queremos sacar 80 medallas.

Las federaciones que trabajan bien. Los éxitos se consiguen con trabajo, esfuerzo y sacrificio y sobre todo con unas federaciones que se pongan como objetivo más cercano cuatros años en adelante. Y se ha visto en estos juegos. Varios ejemplos. Piragüismo. Ocho palistas clasificados, tres medallas y cinco diplomas. Taekwondo. Un oro y dos platas de tres participantes. Lucha libre. Un bronce de un participante. Pero se pueden citar otros. Natación. Incrementó las mínimas y solo fue quien lo merecía, remediando así el fracaso de Pekín con dos medallas de Mireia Belmonte y varios pases a semis y finales, además de las dos de sincronizada. 

La senda está ya puesta hacia Río. Los que han aprobado, a mantener sus notas en este nuevo ciclo. Los que han suspendido tienen cuatro años para mejorar sus resultados. Tiempo hay, medios también y persona de sobra, lo que faltan son que todos pongan algo de su parte para crecer, endurecer el esfuerzo y las marcas y apretar a quien lo merezca. Ente todos, se pueden mejorar aún más estos resultados.

domingo, 22 de julio de 2012

La Ruta del Viajero (I): Constantina

Vista de Constantina
Inauguro una nueva forma de escribir en este blog con un reportaje viajero, el primero de una serie que iré haciendo. Y lo arranco con un pueblo de la sierra norte de Sevilla, pequeñito pero tremendamente acogedor: Constantina. A 87 kilómetros de Sevilla, Constantina se alza en un valle, el Valle de la Osa. Rodeado de sierra y profunda vegetación, tiene casi 6.500 habitantes, personas de toda clase que convierten a este pueblo en un lugar perfecto para pasar un día muy tranquilo.

Virgen del Robledo
Imagen del tronco
El viaje hasta Constantina es tremendamente relajado. Esto te permite observar el cambio orográfico de la zona, la subida hasta la sierra y contemplar a tu alrededor un paraíso de dehesas y de toros; y un bosque de encinas y alcornoques. A la llegada es fundamental rendir honores a la capitana de Constantina, a su patrona, a la Virgen del Robledo en su ermita de las afueras del pueblo. En un entorno natural fantástico, con profusa vegetación y una tranquilidad asombrosa, muy alejada del mundanal ruido de la ciudad, se levanta esta ermita que guarda a la señora de Constantina. A tal llega esta devoción que cuando en 1992 se derrumbó parte del techo, todo el pueblo contribuyó a su restauración. Presidiéndola, Ella, obra de Castillo Lastrucci enmarcada en un baldaquino de plata de bella factura. Como curiosidad, la imagen se sostiene sobre el tronco de un robledo, y es que cuenta la leyenda que la virgen se apareció al pastor Melchor allí mismo y de ahí viene también su nombre. Un cuadro en la sacristía rememora este acontecimiento.

Saliendo de la ermita es imprescindible subir hasta el mirador de Cerro Negrillo, el punto más alto de toda la provincia de Sevilla con sus 918 metros. Desde allí arriba, además de sumergirte en un fantástico olor a bosque y a jara, se puede ver absolutamente toda Andalucía en un día claro, ya que la Sierra de Cazorla, en Jaen, aparecerá ante ti como un fantasma en la lejanía. Además, es un buen rincón para que los ciclistas, tanto aficionados como profesionales, puedan echar sus buenos ratos subiendo por las empinadas cuestas de la carretera.

Necesario ya es bajar al pueblo para caminar por sus calles y recargar el estómago. Una buena ruta es la que comprende La Alameda-Calle Feria- Plaza de la Amargura-Calle Mesones. Arterias principales de Constantina. La Alameda es un lugar bendito para los días de calor pues su gran extensión se encuentra dominada por la sombra que regalan árboles altos y el fresquito reina en aquel sitio. Llegando a calle Mesones, parada obligatoria es la Capilla de San Juan de Dios, sede actual de la Hermandad de la Amargura. Como nota curiosa, ésta era la capilla del Hospital de San Juan de Dios, y es más, en la placa que el Ayuntamiento tiene dispuesta delante la misma, aún se refiere a ese lugar como hospital. Una capilla muy coqueta presidida por la bellísima imagen de la Virgen de la Amargura, obra de Luis Álvarez Duarte en los años 60. Es por tanto, una de sus primeras obras efectuadas pues la hizo entre los 13 y los 16 años. A su derecha, el cristo de la Humildad y Paciencia, atribuido a Pedro Roldán y a su izquierda los titulares del Santo Entierro, el cristo Yacente y Nuestra Señora de la Soledad, todos de la misma Hermandad.

Castillo de Constantina
Tras recargar el estómago, continúa el viaje visitando ahora el Castillo del Siglo XIV que corona el pueblo. Como un testigo de excepción de todo lo que ocurre abajo, ya que está en el punto más alto de Constantina, el Castillo es uno de los símbolos de la historia de esta villa. Afectado por el paso del tiempo, aún conserva algunas partes de su complejo, aunque es de justicia decir que se encuentra en un estado regular de conservación pese a algunos intentos de restauración. Preside el castillo una imagen imponente del Sagrado Corazón, en cuyo pedestal se observa un grabado de la Virgen del Robledo, y a sus pies una mesa de altar, ya que antiguamente se hacía misa desde allí. A los pies del Castillo se sitúa la Morería, pero ésta y otras cosas ya quedan para la siguiente visita, que en unas horas no da tiempo a todo. Volveré, y ustedes seréis nuevamente testigos de lo que vea.




martes, 3 de julio de 2012

Una norteña muy sureña

Rubia. Rubia lista, y encima opositora. Inteligente, aplicada, sacrificada, entregada a lo suyo, pasional, graciosa, dulce, suave. Pasión por la justicia y por cumplir su sueño: impartirla. Mitad del norte, mitad del sur, una mezcla que le dota de lo mejor de allí y de aquí. Sevillana adoptiva, cántabra predilecta. De Santillana y de Constantina, dos pueblos separados por casi mil kilómetros pero que le han dado todos esos valores de los que hace gala a cada instante y que cumple a rajatabla. Amargurista, alabaré, católica. Un puntito perroflauta que le hace la mar de interesante. Unos ojos azul cielo que iluminan cualquier momento y que son el complemento perfecto para esa melena que se pierde por su cuerpo. Guapa, muy guapa. Mi reina.

Así es Beatriz, una mujer que tuvo lo que hay que tener para dejarlo todo en su tierra, familia, amigos, conocidos, para venirse a "su" tierra adoptiva para cumplir su sueño de ser juez. Una mujer que habla de Cantabria con una pasión excepcional. Amante eterna de su tierra, busca un momento libre que le deja sus estudios para volver, aunque sea de memoria, a la bahía de Santander, a su Facultad de Derecho con sus amigos y recordar mil y una anécdotas con ellos, a su Santillana del alma, a su casa. Una mujer que vino a Sevilla a empezar una nueva vida.

Si los albores de una cuaresma la trajo al mundo, la de 2012 me la acercó a mí para siempre. Un programa de radio marcó el inicio; un cumpleaños la confirmación; y la Cuaresma la consolidación. Imposible borrar de mi mente las primeras tardes de río, los dos, con la única compañía del Puente de Triana (los patos no cuentan), o esas comidas sentados en el embarcadero; esas tardes de atardeceres lentos en el Arrabal, visitando a sus reinas; esos paseos por el centro de Sevilla, testigo de excepción de nuestra compañía; esa Semana Santa partida por las lágrimas de María al ver a su hijo morir, pero con un beso en Plaza Nueva que lo cambió todo; Madrugá de Silencio, frío y cansancio; Calle Betis; Patio Banderas, Callejón del Agua; aquella tarde en la que disfrutamos de una Sevilla desconocida y en la que nos movíamos por la intución. Imposible borrar de mi mente tu cara de felicidad de aquel día.

Como te he dicho muchas veces, contigo he recuperado muchas cosas que tenía perdida, muchas cosas que creía que no podría volver a ellas. He recuperado la ilusión por una profesión y unos estudios que no sabía a donde me llevarían. Me he reencontrado con Él gracias a ti. Me haces sentir fenomenal y contigo me muestro tal y como soy: un graciosete de medio pelo que te quiere con locura. Aunque el verano va a ser largo, esto va a servir para que cuando llegue septiembre estemos con más fuerza para disfrutar muchísimo más de ti, de Ella y de nosotros. Beatriz, una mujer arriesgada, lanzada, y del norte y del sur a la vez.


viernes, 16 de marzo de 2012

El calor de tus sentidos

El sol más alto de la mañana ayuda a que me despierte. El sol más alto de la mañana hace que salga a tu búsqueda. El sol más alto de la mañana hace que te disfrute, te sienta y me enamore de ti. El sol te tiñe de alegría, vida y sentimiento. El sol te da esplendor, dulzura y te ayuda a crecer. El sol viste de verde tus calles un sábado al año y le pone notas musicales a tu semana más importante. El sol marca tus horas. El sol vive en el Plantinar. El sol colorea tu mañana y te decora tus parques. Sólo hay que ver cómo los rayos atraviesan los altos ramajes de centenarios árboles o cómo no hay paraíso mejor para los sentidos que el olor a azahar de tus naranjos bañados por el cálido sentir del astro Rey. El Sol te invita a cenar y a la vez permite disfrutar del noble arte del teatro en apenas unos metros. El sol viste a las mujeres de guapas flamencas. El sol te lleva al río; el río al gozo y el gozo a ti. El sol atraviesa palios en mediodía de palmas y en mañanas que son madrugadas.

Sin sol no somos nada. El sol no tiene misterios. No es como la luna. No te invita a pensar, reflexionar o recordar, te invita a vivir, a disfrutar de lo que te rodea. Un paseo bajo el sol primaveral, desde Triana a la Macarena, desde la Macarena a Triana, te convida a recorrer con tus sentidos, uno a uno, una ciudad que sin sol no vive. Somos pobres girasoles marchitos sin él; somos vida con él.


Y resulta, qué casualidad, que Sevilla es sol y primavera. Trinomio perfecto que sin uno de sus elementos no se entendería: Sevilla-Sol-Primavera. Pero mira si es el elementos más travieso y juguetón, que hace las veces de mal compañero y es capaz de fallarle a su ciudad preferida. Sol, sol y sol. Todo es sol, luz y alegría. No faltes nunca, no le falles a Ella, danos la vida, danos la Esperanza.

¡Qué sería de ti y de mí son sol!



jueves, 9 de febrero de 2012

El fruto de la ignorancia

El sorteo, la pelota, un delantero, un cruce o vete tú a saber qué ha querido que la final de la Copa del Rey, la copa de España, la vuelva a disputar el Athletic y el Barcelona el próximo mes de mayo. Aún está en la memoria de todos, lo que una gran mayoría de aficionados, que no todos, de ambos clubes le hicieron a su propio himno aquella noche de Valencia, y todo el revuelo que se creó a posteriori porque un "error" de TVE impidió la emisión de la pitada y su posterior transmisión en el descanso con el sonido ambiente misteriosamente bajado y con el himno subido.

Los periodistas más avezados de nuestro insigne país, aquellos que no se sabe muy bien y gracias qué influencias copan los medios, están lanzando proclamas a los cuatro vientos sobre qué harían si de nuevo ocurre esa terrible afrenta a nuestro cántico español por diferencia. Unos dicen que el partido debería suspenderse tras el ataque, la mayoría de ellos cercanos a la órbita del Madrid; otros dicen que no debería de sonar el himno para evitar la bronca de las hordas independentistas que vienen a quitarnos nuestra Copa.

¿Y saben lo que es lo mejor? La ignorancia. Sí, ignorar todo lo que ocurra antes del partido. Ignorar que en el estadio haya más "ikurriñas" y "esteladas" que banderas de España; ignorar que se silbe al Rey, que viendo cómo está la cosa es lo menos que le pueden hacer; ignorar que silben al himno, no caer en la demagógica y populista técnica de pedirles que jueguen contra el Sestao o Sabadell la copa del Lehendakari o la copa de la Generalitar. Tragarse el orgullo patrio, mirar hacia delante y disfrutar de los Messi, Iniesta, Llorente y hasta si me atreven de gran Toquero. Por cierto, Llorente, delantero de la selección nacional. 

Darle voz a cuatro exaltados es callar a miles y miles de ciudadanos vascos y catalanes que se sienten tan españoles como tú y como yo. Y eso lo deberían de aprender todos los medios de comunicación que el día siguiente a la celebración del partido se centrarán más en la posible pitada hacia el himno que en el partido. Con eso, lo único que harán será alimentar aún más el odio hacia los ciudadanos que no tengan culpa de nada. Pero ya sabemos hacia dónde va el periodismo patrio y lo que se cuenta y lo que no.

Porque que silben a tu himno puede doler, pero el vacío, el desprecio y la ignorancia duelen mucho más...