Soy periodista. En julio acabé la carrera por fin. Soy periodista. Cumplí un sueño que tenía desde hace muchos años, di rienda suelta a una vocación que me surgió escuchando la buena radio. Soy periodista. Cinco años de una carrera a fondo, con estudios, trabajos, buenos y malos ratos, grandes compañeros y una facultad que te acoge con los brazos abiertos. Soy periodista. Me he formado con los mejores y peores profesores, pero de todos he sacado algo claro, y todos me han enseñado algo. Soy periodista...
Soy periodista y tengo un futuro muy negro por delante. La profesión está pasando por una de su peores momentos y lo peor de todo es que parece que no tiene final. Raro es el día en el que no aparece alguna noticia que anuncia el cierre de algún medio o un ERE en su plantilla. Qué curioso, los periodistas somos capaces de informar de nuestro propio despido. Soy periodista y lo único que sé a ciencia cierta es que soy licenciado. No hay futuro, o no muy claro.
Soy periodista, y si consigo algún día un trabajo en mi sector, estaré sujeto por unas manos superiores, invisibles, que me dictarán mi trabajo y lo que debo o no contar. Pudiera ser que fuera negativo para alguien en la sombra. Soy periodista y estaré controlado por un empresario que sólo buscará enriquecerse a costa de mi trabajo, y el día en que le haga perder un mísero euro, con una patada en el trasero me dirá que me busque otro rincón mejor donde trabajar. Soy periodista y compartiré redacción con compañeros que se matarán por sacar adelante un programa, un periódico, un informativo de radio, pero también con compañeros que no lucharán por el no despido de alguien que ha compartido mesa con él, por el simple hecho de buscar la mejor posición en la empresa y que luego no le toque a él.
Actualmente, la mejor forma de poder disfrutar con lo que te gusta es la iniciativa propia. No tienes ataduras, puedes hablar de lo que quieras, y seguramente no te acabarás despidiendo, pues tampoco ganas nada a cambio de ver tus sueños hechos realidad. Pero claro, uno piensa y dice: yo puedo crear un blog, una web, lo que sea, pero a fin de cuenta hay que trabajar. Con un blog, a día de hoy, no se vive aún. Pero tengo clara una máxima: disfrutar de lo que hago y de lo que soy.
Los medios responden a unos intereses superiores invisibles, pero que como dueños de sus marionetas, influyen sobremanera en sus contenidos. Y os voy a poner un ejemplo de algo que está ocurriendo ahora mismo, cada día y que llama mucho la atención. ¿De verdad creéis que Ryanair no tenía problemas hace uno o dos años? Todas las aerolíneas tienen problemas, todas. Pero lo que yo pienso que ocurre aquí es otra cosa, una cosa que supera a los problemas de esta compañía. Se llama competencia y favorecer a la compañía que pone dinero en todo mi entramado financiero. Piensen un poco mal, y acertarán.
Yo respeto mucho a los compañeros que crean en el ideal bucólico del periodismo, los respeto mucho. Esa idea de cambiar el mundo, de ser la voz del pueblo, de cumplir una función social. Los respeto. Sin embargo, a mí, la realidad me ha cambiado por completo este concepto, y el periodismo, a día de hoy, no es otra cosa que dinero. Si te sales de eso, te autodenominan alternativo y te conviertes en el bicho raro de turno. Pero el periodismo es tan grande, ha pasado por tanto a lo largo de su historia, que seguramente sabrá reinventarse. Cuando parece que está más muerto, es cuando vuelve a resurgir. Por eso quiero tanto y amo tanto esta profesión, y por eso, soy periodista.
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