Sueño, y veo lo que sueño. Y al llegar el momento de contarlo, no se como expresarlo. Empiezo por aquí, pero lo borro. Luego, sigo por otro lado, pero nada, no hay manera de enlazar una idea con otra. Frases tachadas, papeles arrugados que decoran el suelo de una habitación oscura donde el único halo luminoso es el de la llama de una pequeña vela en una vieja mesa de madera. Arranco de nuevo, ¿podré esta vez? Escribo dos frases :"En la calle más preciosa de la ciudad, iba caminando sobre adoquines resaltones y traicioneros para tobillos frágiles de las mujeres más bellas..." Pero me quedo ahí. Entonces llego a la conclusión que donde de verdad tienen sentido los sueños, donde de verdad son realidad, es en tu mente, por tanto allí es donde tienen que quedarse, para que cada cual viva la vida, a su manera.
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